jueves, 29 de abril de 2010

LA RECONSTRUCCIÓN DE CHILE: UNA TAREA DE TODOS




El tiempo pasa volando, de eso no hay duda. Sin darnos cuenta, ya han pasado dos meses desde que Chile vivió un momento que, seguramente, ha marcado la vida de todo nuestro país. El terremoto 8,8° grados en la escala de Richter no dejó a nadie indiferente. Y eso que de a poco nos fuimos dando cuenta de que, más que un terremoto, esto había sido una verdadera hecatombe. No sólo por su magnitud, sino que además por la fuerza del mar que desató su furia contra ciudades y pueblos del sur que quedaron totalmente devastados.



El silencio y la tristeza se apoderaron de todos. Ese 27 de febrero nos dejo a todos sumergidos en un mar de dudas, contradicciones, penas y asombro de las cuales aún no nos podemos desligar.


Pero algo que siempre nos ha caracterizado es nuestra fortaleza y la solidaridad existente entre todos. Sin esperar un segundo, se realizo una improvisada Teletón que busco recaudar fondos para ir en ayuda de los miles de damnificados. Y los resultados lograron emocionar hasta al más indiferente de todos: la meta fijada se doblo y con eso se daría paso a comenzar la reconstrucción de nuestro país.


Paralelamente, muchos desconocidos comenzaron a recopilar alimentos, ropa, pañales y todo lo necesario para ir en ayuda de las zonas más afectadas. El Hogar de Cristo y un Techo para Chile se hicieron presentes con jóvenes voluntarios, que una vez más demostraron que ser chileno es un se lleva con mucha alegría en el corazón.



Con un cambio de mando muy movido, el 11 de marzo Sebastián Piñera asume la presidencia de un país dolido, triste y con muchos problemas. Pero de a poco, se ha ido trabajando, ideando fórmulas para poder conseguir toda la plata que se necesita para reconstruir las zonas más afectadas. Y nos ha demostrado a todos, que no existen colores políticos a la hora de unirnos y levantarnos y para lograr salir adelante.



Se trajeron hospitales de campaña, se construyeron escuelas modulares para que los niños no pierdan el año escolar, se logró la conectividad del país y se comenzó con la entrega de las primeras viviendas de auxilio. El mundo entero volcó sus ojos a nuestro país y la ayuda llegó de todos lados.


Cuando uno mira todo lo que ha sucedido y ve la gente tratando de volver a la normalidad, intentando seguir con sus vidas, tratando de salir adelante…uno respira hondo y siente un tremendo orgullo de ser chileno.


Pero, sin embargo, estamos comenzando con todo el proceso de la reconstrucción. Falta mucho
por hacer, y la ayuda no es sólo económica, sino que también anímica para todas las personas que perdieron sus seres queridos y todo lo que construyeron durante su vida.


Para ellos, después del 27 de febrero, comenzó la reconstrucción de sus propias vidas. Comenzar de cero, saber salir adelante con la pena de haber perdido seres queridos, el hogar y una vida llena de sueños.


Seguramente esto es lo más difícil, pero vivimos en un Chile que sabe ponerse de pie y que, con la ayuda de todos, lo van a lograr. Pero esta es la reconstrucción más importante: la vida que un día llevaron, tiene que volver a ser la misma, para que los sueños de todos, sigan siendo una alegría.

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